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26 de Septiembre de 2025 07:02
La IA ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en una herramienta presente en casi todas las áreas de la vida cotidiana. Desde la creación de contenido digital hasta la detección de ciberataques, su impacto es innegable. Sin embargo, junto con sus beneficios, la IA también trae riesgos que deben ser comprendidos y gestionados.
En el marco de la Semana de la Comunicación en la Universidad de La Sabana, Tatiana Sánchez, CEO de Bullwork Cyber Security Consulting, y Ancízar Casanova, consultor estratégico y estratega en campañas políticas, analizaron cómo la inteligencia artificial transforma la comunicación, la ciberseguridad y el marketing, y explican los riesgos éticos que enfrenta el mundo digital.
En conversación con Conexión Sabana 360 explican cómo la inteligencia artificial está transformando la comunicación y el marketing. También destacaron la necesidad de formar profesionales preparados para enfrentar este nuevo escenario.
“La inteligencia artificial ha catalizado la comunicación. No creo que reemplace al factor humano, pero quienes no la usen serán reemplazados por quienes sí lo hagan”, afirma Casanova.
Según Sánchez, la IA ha creado un ecosistema donde la comunicación se desarrolla simultáneamente en dos mundos: la física y la digital. Esto ha dado lugar a escenarios inéditos en los que las interacciones pueden ser auténticas o completamente ficticias.
“Hoy existen tecnologías emergentes como los deepfakes, que pueden generar comunicaciones falsas y confundir a los usuarios. Esto nos obliga a estar siempre alerta para diferenciar lo real de lo manipulado”, explica Sánchez.
Un ejemplo de esto ocurrió recientemente en Colombia, cuando miles de personas fueron víctimas de una estafa a través de una página falsa que imitaba el diseño de un medio reconocido y utilizaba la imagen de un influencer para promocionar una supuesta plataforma de inversión rápida. Este tipo de situaciones evidencia la necesidad de verificar fuentes y desconfiar de la información que parece demasiado buena para ser cierta.
De hecho, el 72% de los usuarios en América Latina no cuenta con conocimientos suficientes para detectar contenido falso en línea, lo que incrementa la vulnerabilidad ante fraudes digitales y campañas de desinformación. Este hallazgo se explica en el estudio Measuring Digital Development – Facts and Figures 2024 de la Internationhal Telecommunication Union (ITU) de 2024.
La adopción de la IA no se limita a la comunicación. En el ámbito del marketing y la experiencia del cliente, herramientas como ChatGPT y generadores de imágenes y videos están transformando la manera en que las empresas se relacionan con su audiencia. Sánchez señala que la clave está en aprender a utilizar diversas aplicaciones y elegir aquellas que se ajusten mejor a las necesidades de cada proyecto.
“En mi trabajo uso ChatGPT para generar ideas, contenido y documentos. También utilizo plataformas como Ana Banana para crear imágenes y Gen AI para producir videos ficticios que simulan noticieros en ejercicios de simulación de crisis para nuestros clientes”, comenta Sábchez.
Casanova agrega también que estas tecnologías se integran cada vez más en una misma plataforma, lo que permite trabajar con múltiples agentes virtuales que ejecutan tareas simultáneamente. “Es como pasar de sumar en papel a usar un computador. Hoy la IA es indispensable”, asegura.
La velocidad con la que evoluciona la tecnología también aumenta los riesgos. Entre los más preocupantes se encuentran la creación de fake news, el uso de deepfakes y las vulnerabilidades en sistemas corporativos. “Los riesgos éticos siempre han existido.
La diferencia es que ahora se pueden producir contenidos falsos de manera más rápida y privada. Antes se necesitaban varios profesionales para crear una noticia falsa. Hoy, con la clonación de voces y la edición digital, una sola persona puede hacerlo”, advierte Sánchez.
Uno de los fenómenos emergentes es el “prompt injection”, que consiste en manipular a una IA para que entregue información sensible de una empresa mediante comandos maliciosos.
Este tipo de ataques puede comprometer datos críticos si las organizaciones no cuentan con medidas de protección adecuadas, por ello, Sánchez enfatiza en la necesidad de formar hackers éticos, especialistas que entiendan tanto las estrategias de defensa (blue team) como las de ataque (red team). Esto permite diseñar sistemas más robustos y proteger la información de manera efectiva.
La Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones ha señalado que en 2024 los intentos de ciberataques en el país crecieron en un 35%, principalmente en sectores como la banca, la educación y la administración pública.
En este contexto, los profesionales de la comunicación necesitan adquirir nuevas competencias para mantenerse relevantes. Tanto Sánchez como Casanova coinciden en que la ciberseguridad y la creatividad son esenciales.
“Si usas inteligencia artificial, debes conocer de ciberseguridad. Es como tener una puerta blindada en tu casa. No se trata solo de generar contenido, sino de saber cómo protegerlo”, explica Sánchez. Casanova complementa: “La creatividad será lo que marque la diferencia. Hoy las herramientas están disponibles para todos. Lo importante es quién tiene la capacidad de idear algo único”.
Para Sánchez, la clave está en adoptar una postura crítica y verificar la información antes de compartirla, además, la experta ofrece un consejo para identificar deepfakes: “Actualmente, septiembre de 2025, todavía se puede detectar un deepfake porque la sincronización de la boca con la voz no es perfecta. Ese detalle puede ayudarte a diferenciar un video real de uno manipulado. Sin embargo, esta tecnología avanza rápido y pronto será más difícil distinguirlos”.
A medida que la inteligencia artificial sigue evolucionando, los desafíos en ciberseguridad y comunicación también se intensifican. Sin embargo, Sánchez y Casanova ven en esta tecnología una oportunidad para mejorar la eficiencia y la creatividad, siempre que se utilice con responsabilidad. “La IA no reemplazará al ser humano, pero los profesionales que no la integren en su trabajo quedarán remplazados. El reto es aprender, experimentar y mantenerse actualizados”, concluye Casanova.
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