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25 de Septiembre de 2025 22:00
Durante la 22ª edición de la Semana de la Comunicación, el profesor Manuel Rodríguez cautivó a su audiencia con el taller experiencial sobre neurociencia, atención y emociones en contenidos políticos. Lo que parecía una charla sobre un tema desconocido y difícil de entender para muchosterminó convirtiéndose en una buena experiencia que abrió una ventana hacia el uso de la neurociencia en la comunicación y en la política. Fue un evento lleno de emoción, curiosidad y participación por parte de la audiencia.
Rodríguez es comunicador social y periodista, con maestría en Comunicación Estratégica en la que logro sumergirse en el campo de la neurociencia aplicada a la comunicación y se ha convertido en el eje central de sus proyectos académicos y talleres, donde enseña a comprender cómo funciona el cerebro para diseñar mensajes más efectivos y conectados con las emociones humanas.
Desde que comenzó el taller quedó claro que la neurociencia aplicada a la comunicación y la política era un tema de alto interés para los participantes, el salón asignado para el evento supero su capacidad, la charla se caracterizó por dinámica participativa y los ejercicios involucraron directamente a los asistentes.
El cerebro sigue siendo territorio desconocido
El profesor Manuel describió al cerebro aún como un territorio desconocido, a pesar de muchos estudios y avances, se considera que sabemos más del espacio exterior que de nuestro propio cerebro. Sin importar lo complejo que puede llegar a ser el cerebro, el profesor logró captar la atención y fomentar la reflexión en el taller, dejando en evidencia que la política y el voto no es una decisión puramente racional sino una conducta guiada por atajos cognitivos, emociones e identificación con intereses individuales. El miedo, el placer y otros impulsos emocionales juegan un papel decisivo en cómo las personas procesan los mensajes políticos y toman sus decisiones, un fenómeno que la neurociencia ayuda a comprender en profundidad.
Él enfatizó que los comunicadores deben ser conscientes que el cerebro es el órgano que decodifica todos los mensajes, por eso conocer los procesos neurológicos, emocionales y cognitivos de la audiencia es importante para diseñar estrategias que no solo informen, sino que realmente conecten y generen impacto. Recalco que no existen emociones positivas o negativas, sino simplemente humanas, todas relevantes para la conducta electoral.
Durante el taller el profesor detalló cómo los neurotransmisores como la dopamina y el cortisol influyen en nuestra energía cerebral y capacidad de atención, condicionando nuestra relación con los mensajes recibidos. Un ejemplo contundente fue la ineficacia de los mensajes negativos, que suelen ser ignorados o rechazados por el cerebro, en contraste con la persuasión positiva, que ofrece alternativas agradables y es mucho más efectiva.
A través de técnicas psicométricas, biométricas y neurométricas, el taller mostró cómo medir en tiempo real la atención y respuesta emocional del público ante estímulos políticos. Equipos especializados, como espectroscopios de infrarrojo cercano, permiten identificar los momentos de mayor y menor engagement en discursos o videos, brindando herramientas para ajustar contenidos y maximizar su impacto.
Según Rodríguez, el verdadero desafío no es solo diseñar mensajes efectivos, sino abrir espacios de diálogo que permitan construir colectivamente soluciones a problemas complejos del siglo XXI, desde el cambio climático hasta los desafíos sociales y políticos contemporáneos. Este enfoque humanista y colaborativo representa una nueva manera de entender la comunicación que trasciende la mera persuasión para convertirse en un motor de transformación social.
Una experiencia llena de actividades y participación dinámica
También se logró desmentir algunos de los mitos más comunes sobre el cerebro, como la creencia popular de que solo se usa el 10% de la capacidad cerebral. Según explicó el profesor, este es un gran mito- “Realmente el cerebro todo el tiempo está funcionando al tiempo” un claro ejemplo es “mientras estamos hablando, las personas que están escuchando están trabajando su lóbulo temporal, toda la parte de codificación auditiva, pero al mismo tiempo su cerebro está trabajando para que su mantenga una temperatura y para que haya respiración autónoma”, por lo que es correcto afirmar que utilizamos la máxima capacidad que podamos del cerebro.
Al finalizar el taller, el profesor invitó a los comunicadores a conocer más sobre el campo de la neurociencia para explorar ese vasto “océano azul” y aprovechar sus beneficios dentro de la comunicación y la política. Además, compartió su visión a futuro sobre la fusión entre neurociencia e inteligencia artificial, explicó que esta alianza permitiría analizar grandes volúmenes de datos neurocientíficos y comportamentales con la ayuda de algoritmos inteligentes, facilitando la creación de mensajes hiperpersonalizados y efectivos dirigidos a audiencias segmentadas con precisión sin precedentes.
El taller termino siendo un éxito donde el profesor logró mantener la atención y el interés de los participantes hasta el final, a pesar de que se extendió más de lo previsto, los asistentes participaron activamente en todas las dinámicas y ejercicios propuestos, mostrando interés por vivir y entender en la práctica los conceptos expuestos. Al concluir el taller, un grupo de estudiantes interesados en profundizar en el tema se quedó para dialogar de manera más cercana con el profesor Manuel Rodríguez, generando un espacio enriquecedor de intercambio y aprendizaje que reflejó el impacto positivo de la jornada.
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