Sigue nuestras emisiones en directo desde esta página, y no te pierdas ningún evento y actividad.
Sigue nuestras emisiones en directo desde esta página, y no te pierdas ningún evento y actividad.
Buscar
13 de Noviembre de 2025 13:00
En una nueva edición de Aldea Sabana, espacio de conversación de la Universidad de La Sabana en el que los estudiantes formulan preguntas, Miguel Uribe Londoño se presentó ante el auditorio desde su condición: precandidato, empresario y padre de Miguel Uribe Turbay. Antes de entrar en materia, la universidad expresó su solidaridad por el asesinato del senador, al que describió como una pérdida que se suma a la de “muchas otras personas que han luchado por un ideal, por un mejor país” y que obliga a seguir formando profesionales que no tengan que “sentir miedo por lo que pensamos, por lo que decimos y por lo que hacemos”.
El eje de la intervención de Uribe fue la explicación de por qué decidió asumir una precandidatura presidencial después de la muerte de su hijo. Recordó que ya había vivido una tragedia similar en 1990, cuando la madre de Miguel, la periodista Diana Turbay, fue secuestrada y asesinada por Pablo Escobar, en medio de las tensiones que generó el tratado de extradición firmado por el entonces presidente Julio César Turbay. De esa historia, dijo, surgió una enseñanza que transmitió a su hijo: “los principios nunca se negocian”.
Según su relato, el asesinato de Miguel Uribe Turbay marcó un punto de quiebre. Afirmó que a su hijo “lo mataron para silenciarlo, para que no fuera el próximo presidente de Colombia” y señaló al presidente Gustavo Petro como “responsable político de su muerte”, al considerar que lo hostigó con “violencia verbal”. Contó que el discurso que pronunció en la catedral, cuatro días después del crimen, llevó a Álvaro Uribe a invitar a la familia a sumarse al proceso interno del Centro Democrático, en el que Miguel buscaba la candidatura presidencial. “Entre los miembros de la familia decidimos que lo hiciera yo y resolví hacerlo por Colombia, por él, por su legado, por su memoria”, explicó.
En varios momentos, el invitado insistió en que su decisión está atravesada por la idea de no tener ya nada que perder en lo personal y de hablar en nombre de quienes han sufrido la violencia. “He perdido casi todo y no tengo nada más que perder. Todo por Colombia porque esto tiene que cambiar”, dijo, al repasar cuatro periodos de su vida marcados por la confrontación con la guerrilla, el narcotráfico y la actual situación política. Ante las preguntas de los estudiantes, reiteró que asume esta etapa como un “deber moral” frente a la memoria de su hijo y frente a “los millones de víctimas que hemos sufrido en Colombia”.
Desde esa perspectiva, Uribe ubicó el retorno al Estado de derecho como su principal propuesta. Defendió la democracia como “el mejor sistema” por su soporte en la legalidad, la separación de poderes y las elecciones, pero sostuvo que hoy “todo eso se ha borrado” en Colombia. Señaló las dificultades para juzgar a un presidente dentro del diseño institucional actual y afirmó que el camino para corregirlo pasa por las elecciones del próximo año. A juicio suyo, si en 2026 gana “el heredero de Petro”, no habrá “ninguna posibilidad” de revertir la situación, por lo que llamó a la unión de todos los sectores que reclaman seguridad, orden, autoridad y separación de poderes en torno a una candidatura común.
La seguridad y la relación con los grupos armados ilegales aparecieron como extensión de esa idea de restaurar el orden institucional. A propósito del asesinato de líderes sociales, Uribe atribuyó al actual gobierno responsabilidad en el agravamiento de la violencia y destacó la extorsión como “el flagelo más grande” que sienten a diario los colombianos. Frente a organizaciones como el ELN o el Clan del Golfo, resumió su propuesta en dos palabras: “sometimiento a la justicia”, con deposición de las armas como condición previa para cualquier proceso. “Sin autoridad, sin leyes , sin justicia y sin castigo a los crímenes, no hay vida”, afirmó.
Aunque la conversación abordó también asuntos como la salud mental de los jóvenes, el acceso a la educación superior y las relaciones internacionales, el hilo conductor de la jornada fue la forma en que Miguel Uribe articula su biografía con su aspiración presidencial. Ante un auditorio de estudiantes de ciencias políticas, derecho y otras disciplinas, sintetizó su idea de liderazgo en tres conceptos -“integridad, disciplina y estudio”- y reiteró que su objetivo, si llega a la Casa de Nariño, sería que la “compensación” a tanto dolor no sea personal, sino “para ustedes y para los niños de este país”.
Conoce más historias, productos y proyectos.