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28 de Agosto de 2025 16:50
En la Villa Olímpica de Chía, Ari Tatiana Molina forja su camino en el atletismo paralímpico. A sus 19 años, nada la detiene: convierte cada dificultad en impulso y transforma los obstáculos en fuerza, construyendo una historia de disciplina, resiliencia y amor profundo por el deporte.
Periodista: Ari, ¿cómo empezó tu camino en el atletismo paralímpico?
Ari Tatiana Molina: Mi historia con el deporte es un viaje de descubrimiento. Empecé en 2021 probando natación y artes marciales. Pero un día, por pura casualidad, llegué a una captación de talentos y resulté seleccionada para el atletismo. Ahí encontré algo que me apasiona: la fuerza, la técnica y la posibilidad de superarme.
P: ¿Cómo te describirías para las personas que no te conocen?
A: Me describiría como disciplinada, perseverante, resiliente y motivadora. Entreno en el centro de acondicionamiento físico para trabajar mi fuerza y resistencia, y otros días en la Villa Olímpica de Chía para perfeccionar gestos técnicos de lanzamiento y práctica de carrera en pista, con jornadas de una a tres horas.
P: ¿Cuál es la competencia más especial que has tenido en tu trayectoria?
A: Fue mi primera competencia nacional, en Montería. Me gustó muchísimo ir allá, descubrir un nuevo lugar del país -que eso me encanta-, conocí a gente de diferentes partes, socialicé demasiado y competí por primera vez con personas de mi edad y con la misma discapacidad. Pude medirme con ellos.
La fuerza que requiere su deporte, la técnica y la superación constante la llevaron a tener la certeza de que el esfuerzo deja huellas más profundas que las medallas. En Montería se sintió feliz al obtener el oro en lanzamiento de bala y disco. Ese momento la marcó: entendió que podía llegar lejos.
P: ¿Cómo es un día típico de entrenamiento?
A: Realmente mi entrenamiento se divide en dos. Algunos días vengo al centro de acondicionamiento físico y otros días entreno en la pista. Son entrenamientos de una a tres horas. En el centro de acondicionamiento hago todo lo que es fuerza, resistencia y técnica, y ya en la pista perfecciono los gestos técnicos de lanzamientos y practico más las carreras.
P: ¿Qué desafíos enfrentas en la pista y cómo los superas?
A: Es un día a día. Tal vez los desafíos no dependen de mí. Quizás el clima no me favorece y no puedo entrenar, entonces debo adaptarme a algo nuevo. Pero no lo llamaría un desafío, sino algo rutinario que hay que enfrentar con flexibilidad.
Más allá de la rutina, la constancia de Tatiana es lo que marca la diferencia. Una de sus mayores virtudes, asegura, es la adaptabilidad al cambio, algo que ha fortalecido en las pruebas que más la exigen, como las de distancias largas.
P: ¿Qué significa para ti representar a Sabana Centro en el atletismo paralímpico?
A: Es algo que nunca imaginé antes de iniciarme en la carrera deportiva. Yo solo estudiaba y me quedaba en casa. Ahora, ver hacia el pasado y decir: ¿yo logré todo esto?, es impactante y bonito. Amo lo que hago y amo representar Sabana Centro. Me encantaría algún día representar a mi país.
Con un fuerte sentido de pertenencia, Ari Tatiana se muestra orgullosa de sus raíces. En octubre competirá en los Juegos Nacionales para lanzadores paralímpicos y, como meta a cinco años, quiere verse en los Juegos Paralímpicos, inspirada por otros atletas de su edad que lo han logrado.
P: ¿Cómo ha influido el deporte en tu vida y confianza personal?
A: Al ser una persona en condición de discapacidad, creo que me ha ayudado a tener mucha independencia. Logré viajar. Lo tengo grabado en mi mente, siempre ahí, porque es algo que nunca pensé hacer. Independencia y un poco más de autoestima. A veces uno se siente muy inseguro con lo que es.
Su lenguaje corporal al responder transmite valentía. Recuerda que ese primer viaje sola fue un nuevo comienzo: le dio más autoestima y la ayudó a darse cuenta de que es suficiente, no solo por los triunfos deportivos, sino también por los logros que alcanza en su día a día.
P: ¿Qué mensaje deseas transmitir para aquellos que desean llegar al alto rendimiento en el atletismo?
A: Es algo de mucha disciplina, perseverancia y motivación. Muchas veces uno quiere rendirse porque realmente tener ese estilo de vida te agota física y mentalmente. El deporte no es simplemente una competencia, es parte de tu vida, y como un trabajo: después del esfuerzo, los sacrificios y la organización vas a ver resultados positivos.
P: ¿Quiénes han sido tus mayores apoyos en esta trayectoria como atleta?
A: Principalmente mi familia. Mi abuelita siempre me impulsa a salir adelante, es el apoyo emocional y físico que todos necesitamos. Ella, junto con mi hermano, me han acompañado en todo el proceso.
Su abuela, que escucha la entrevista a unos metros, ha sido guía y compañía en cada entrenamiento, en cada salón de clase y en medio de una cotidianidad urbana que aún carece de escenarios adaptados para personas con discapacidad visual.
P: ¿Qué le quisieras decir a los jóvenes que enfrentan alguna discapacidad y quieren comenzar su camino en el deporte?
A: La oportunidad ahí está. Muchas veces, por estereotipos o estigmas de la sociedad, nos dejamos a un lado. Pero la oportunidad de hacer algo distinto está. Sea por hobby o por alto rendimiento, lo puedes hacer. Necesitamos ser una comunidad más grande en este país.
Tatiana Molina sonríe cuando recuerda su primera competencia nacional. No es una sonrisa tímida, sino amplia, de esas que nacen de la certeza de estar viviendo algo único. Con determinación, su propósito es inspirar y dejar huella. Demuestra que los límites son mentales y que la vida es para avanzar. Y si le preguntan cómo quiere ser recordada, no duda: “Como una campeona”.
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