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9 de Septiembre de 2025 16:30
Alexander Rodríguez ha marcado un antes y un después en la Sabana de Bogotá, no solo como empresario sino como el visionario detrás de Total Zone Pádel, el primer club de este deporte en la región.
Su conexión con el pádel inició en México, donde vivió varios años y descubrió este deporte en un club cercano a su hogar en Guadalajara, tras probar diferentes deportes como fútbol, ciclismo de montaña y tenis. “Siempre quise jugar tenis, pero nunca fui bueno”, dice entre risas al recordar sus intentos fallidos con la raqueta. Sin embargo, el pádel lo atrapó, especialmente al ver su popularidad en México, donde supera al tenis en audiencia y difusión.
El pádel es un deporte de raqueta que se juega en una pista cerrada con paredes, combinando aspectos del tenis y el squash. Nació en 1969 en Acapulco, México, cuando Enrique Corcuera diseñó una cancha con muros en su casa. Se juega en parejas, con palas sin cuerdas y una pelota de menor presión que la de tenis. El objetivo es golpear la pelota para que bote en el campo rival, permitiendo rebotes en las paredes. La puntuación es similar a la del tenis (15, 30, 40 y juego) y el saque debe hacerse por debajo de la cintura.
Durante dos décadas, Alexander trabajó en recursos humanos dentro de grandes multinacionales como lo son Pernod Ricard y Alimentos Polar, pero junto a su esposa, decidió dar un giro a su vida al identificar una oportunidad en Colombia, su país natal: introducir el pádel en una región donde aún era desconocido. “Cuando llegamos solo había entre 10 y 15 clubes en todo el país, y en la Sabana ninguno. Sabíamos que era el momento de actuar”, recuerda. Así nació Total Zone Pádel, un proyecto que enfrentó múltiples desafíos desde el inicio.
El mayor reto fue la falta de conocimiento sobre el deporte. “Todo el mundo ha oído hablar del tenis, pero el pádel es algo nuevo para muchos”, explica. Para cambiar esa percepción, apostó por clases gratuitas y un ambiente acogedor que atrajera a jugadores de todas las edades. Hoy, el club es un punto de encuentro donde niños, jóvenes y adultos fortalecen lazos familiares y de amistad a través del deporte.
Fuera de la cancha, Alexander es una persona cercana y empática, pero cuando juega, su espíritu competitivo se enciende, definiéndose como un jugador intenso. “Alex es un ser humano increíble pero cuando entra a la cancha es como si se convirtiera en otra persona, se le notan las ganas de ganar a cada punto del partido”, dice Daniel, un jugador del club.
Su experiencia corporativa le ha dado un enfoque estratégico y perfeccionista. “Si un cliente deja de venir, necesito saber por qué”, confiesa. En esos momentos, Mayra Arias, su esposa, es su mejor apoyo y equilibrio, dice que es muy similar a lo que haría un “coach” motivacional.
Desde la creación de Total Zone Pádel, el deporte ha crecido exponencialmente en Colombia. “Cuando iniciamos, había unas 30 canchas en todo el país; hoy ya son más de 200 o 300”, afirma con orgullo. Su club ha inspirado la apertura de nuevos espacios y ha sido testigo de historias conmovedoras, como la de padres que han fortalecido su relación con sus hijos gracias al pádel.
El emprendimiento no solo transformó su carrera, sino también su vida familiar. Antes, Alexander pasaba semanas enteras viajando por trabajo, perdiéndose momentos clave con su hija Valeria. “Mi esposa me contó que Valeria lloraba cada noche cuando yo no estaba, pero nunca me lo decía para no preocuparme”, recuerda. Hoy disfruta de llevarla y recogerla del colegio, algo que antes parecía imposible. Sin embargo, trabajar con su esposa también ha significado aprender a equilibrar y separar la relación entre negocio y familia.
Cercano a los 50 años, Alexander no solo ha construido un negocio exitoso, sino que ha dejado una huella en su comunidad. Su historia es la de un hombre que convirtió su pasión en un proyecto de vida, impactando la manera en que muchas personas perciben el deporte y la familia. Más allá de haber fundado el primer club de pádel en la Sabana, su mayor satisfacción es haber creado un espacio donde la gente se reúne, aprende y crece.
Su visión estratégica y amor por el pádel lo seguirán impulsando a llevar este deporte a nuevas alturas en Colombia. Su historia refleja cómo la pasión y la perseverancia pueden convertir una idea en un proyecto que transforma comunidades y crece día a día.
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