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11 de Noviembre de 2025 11:00
El Regiotram del Norte, uno de los proyectos ferroviarios más ambiciosos del país, promete conectar Bogotá con los municipios de la Sabana Centro, en un recorrido eléctrico, sostenible y moderno. Conversamos con Diego Jiménez, secretario de Movilidad de Cundinamarca, sobre los avances, retos y proyecciones de esta obra que marcará un antes y un después en la historia de la movilidad regional.
Alisson Algarra: Secretario, ¿En qué etapa se encuentra actualmente el proyecto del Regiotram del Norte?
Diego Jiménez: Este proyecto está contemplado en el Plan de Desarrollo Departamental como una de las iniciativas más importantes de la Gobernación. Ya cuenta con una factibilidad certificada por la Financiera de Desarrollo Territorial S.A (Findeter), que fue la entidad estructuradora. Esa fase finalizó en noviembre de 2023, y desde entonces hemos trabajado en el proceso de maduración para cumplir con los requerimientos del Ministerio de Transporte. El pasado viernes firmamos el convenio de cofinanciación por cerca de 15 billones de pesos, donde la Nación aporta 12,2 billones y la Gobernación 3,1 billones. Además, contratamos a la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial para estructurar la licitación. Esperamos tener los documentos definitivos en marzo o abril de 2026 y adjudicar el contrato a finales de ese año. Si todo avanza según el cronograma, el tren podría entrar en operación hacia 2034.
A.A: ¿Podemos decir entonces que el Regiotram del Norte ya es una realidad?
D.J: Sí, absolutamente. Es una realidad que lleva años construyéndose. Este proyecto comenzó a gestarse en 2019, cuando se tomaron las primeras decisiones de contratar los estudios. Ha sido un proceso de maduración de siete años. Los grandes proyectos no se materializan de la noche a la mañana: requieren planificación, concertación y rigor técnico. Hoy los recursos están garantizados tanto por el Gobierno Nacional como por el Departamento desde la gobernación en cabeza del Dr. Jorge Emilio Rey Angel. Todo está dispuesto para hacerlo realidad.
A.A: ¿Cuáles fueron los principales hitos que permitieron que el proyecto se concretara después de tantos años de planeación?
D.J: Más que años de planeación, fueron años de evolución técnica. Concertar un sistema férreo en medio de Bogotá exigía un diálogo profundo con el Distrito y los municipios. Se evaluaron alternativas subterráneas, elevadas y a nivel, y finalmente llegamos a un proyecto conciliado entre Bogotá, Zipaquirá y Chía. Este es el resultado de un trabajo técnico y político que tomó tiempo, pero que hoy podemos afirmar es el mejor proyecto posible para la región.
A.A: ¿Por qué considera que el Regiotram del Norte es el mejor proyecto para Cundinamarca?
D.J: Porque recoge las enseñanzas del Regiotram de Occidente, incorpora la visión de todos los actores y responde a las necesidades reales de la Sabana Centro. Además, crea un circuito de movilidad eficiente y sostenible entre Bogotá y los municipios del norte. Nuestra apuesta es clara: la gente no piensa en fronteras administrativas, piensa en llegar a tiempo y este proyecto lo hace posible.
A.A: ¿Cuáles serán las principales características técnicas del Regiotram del Norte?
D.J: El corredor tendrá 49,5 kilómetros, de los cuales 26 estarán dentro de Bogotá y 23,5 en Cundinamarca. Contará con 17 estaciones: once en la capital y seis en los municipios del norte, una en Chía, tres en Cajicá y dos en Zipaquirá, este moverá cerca de 187.000 pasajeros al día con trenes 100 % eléctricos. Solo este cambio reducirá más de 60.000 toneladas de CO₂ anuales. Además, la relación costo-beneficio del proyecto es de 1,61, lo que significa que por cada peso invertido se recupera 1,61 veces en beneficios sociales y económicos, lo cual permite que el estado gane y por ende le apueste a proyectos como este.
A.A: ¿Cómo impactará este proyecto al turismo y al desarrollo de Sabana Centro?
D.J: Muchísimo. Solo las minas de sal reciben alrededor de 600.000 visitantes al año, y el Regiotram facilitará aún más el acceso. Imagina poder llegar desde Bogotá a Zipaquirá en menos de 30 minutos. Eso impulsa el turismo, el comercio y la economía local. Además, mejora la calidad de vida de los residentes: menos tiempo en trancones significa más tiempo para la familia y el bienestar personal.
A.A: ¿Cómo impactará el Regiotram del Norte el bolsillo de los ciudadanos?
D.J: Nuestra meta es que las tarifas sean competitivas y justas. Hoy un viaje desde la Sabana hasta Bogotá puede costar entre 7 mil y 10 mil pesos. Queremos mantener un valor similar, pero ofreciendo un servicio más rápido, limpio y cómodo.Además, el tiempo tiene valor: si un ciudadano se ahorra 49 minutos diarios de desplazamiento, eso es bienestar, productividad y calidad de vida.
A.A: ¿Qué garantías existen para evitar sobrecostos o retrasos en la ejecución?
D.J: Los sobrecostos no se evitan con suerte, sino con planificación. Hemos sido rigurosos técnicamente y aprendimos de lo que pasó con el Regiotram de Occidente. Por ejemplo, los cambios normativos internacionales pueden generar ajustes, pero eso no implica mala gestión, sino la evolución natural de un proyecto de esta magnitud. Lo importante es que este Regiotram incorpora toda la experiencia previa para minimizar riesgos y avanzar con transparencia, esto es un realidad y queremos seguirle apostando.
A.A: ¿En qué se diferencia el Regiotram del Norte del Regiotram de Occidente?
D.J: En ingeniería son similares, pero el del Norte incluye material rodante dentro del contrato, lo cual garantiza un sistema completo y listo para operar. Además, las obras del norte tienen una mayor complejidad urbana: un túnel de casi 900 metros bajo la calle 100, viaductos sobre la calle 26 e intersecciones a gran escala. Es un proyecto de otra envergadura.
A.A: ¿Qué municipios están directamente involucrados?
D.J: Los principales son Chía, Cajicá y Zipaquirá, aunque el impacto se extiende a Sesquilé, Gachancipá, Tocancipá, Cogua y Tabio. En esta fase, trabajamos con los municipios directamente afectados por la infraestructura, pero en etapas futuras ampliaremos la integración para beneficiar toda la provincia de Sabana Centro y el norte de Cundinamarca.
A.A: ¿Qué representa este proyecto para la movilidad regional y el desarrollo urbano del departamento?
D.J: Representa un hito histórico. Es el proyecto más grande que ha ejecutado un departamento en Colombia. Vamos a dar solución a más de 400.000 viajes diarios hacia Bogotá y consolidar una red ferroviaria regional donde un ciudadano podrá subirse en Zipaquirá y bajarse en Facatativá sin problema. Es movilidad sostenible, segura y eficiente. Pero, sobre todo, es calidad de vida.
A.A: Finalmente, ¿Qué otros proyectos complementarios impulsará la Gobernación en esta misma línea de movilidad sostenible?
D.J: Estamos avanzando en el cable de Soacha, el cable de La Calera, las fases 2, 3 y 4 de TransMilenio, la extensión de la calle 80 hasta Siberia y la nueva concesión de la vía a Villeta. No son ideas: son contratos en ejecución. Estamos dejando una hoja de ruta clara para el futuro de la movilidad en Cundinamarca.
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