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3 de Octubre de 2025 10:52
Antes de que el hombre pudiese caminar en dos piernas y desarrollara el habla, siempre se había sentido fascinado por la naturaleza. Nuestros primeros dioses fueron aquellos fenómenos con los que la Naturaleza, a nuestro parecer, nos castigaba o bendecía: la lluvia, el trueno, el fuego o el rayo. Y los animales eran sólo elementos para sobrevivir: si teníamos hambre y eran pequeños o débiles, los cazábamos; si nos eran útiles, los domesticamos hasta que no pudieran separarnos de nuestro lado.
Jamás se nos ocurrió que estos mismos fueran capaces de hacer arte. Sin embargo, la escultora y arquitecta colombiana María Fernanda Cardoso desafía esta idea con su proyecto Arañas del Paraíso, una obra que nos invita a descubrir la belleza en el lugar más inesperado: el mundo diminuto de las arañas pavo real.
Como parte de la Bienal de Bogotá 2025, que empezó este 20 de septiembre y va hasta el 9 de noviembre, Cardoso expuso fotografías aumentadas de estos arácnidos, que utilizan sus colas coloridas como parte de un ritual de cortejo, en la Cinemateca de Bogotá. Su trabajo nos reta a mirar con nuevos ojos el mundo natural, no como un objeto de estudio, sino como una galería de arte viviente.
Radicada en Australia, Cardoso siempre sintió una profunda fascinación por los animales de tamaño microscópico. Fue allí donde descubrió a la araña pavo real, una diminuta especie cuyo comportamiento de cortejo era tan elaborado y estético que la artista lo reconoció de inmediato “como una forma de arte escénico, un espectáculo de la naturaleza” como ella misma indicó en una entrevista para RCN.
El cuerpo del macho está adornado con diseños geométricos vibrantes que utilizan como parte de su espectáculo visual. Mediante estos, despliega abanicos de colores intensos en sus danzas, usándolos de la misma manera que un artista utiliza este o aquel tinte para generar el efecto deseado en la audiencia.
No solo eso, sino que las arañas utilizan una coreografía compleja con movimientos que varían entre individuos. “Los gestos [de cada araña pavo real] tienen variaciones, todas tienen su estilo distinto, hay unas que son como un reloj, hay unas que solamente son asimétricas, entonces es un placer observarlas”, explicó Cardoso durante su exposición a Conexión Sabana 360.
Finalmente, además de la parte visual, el macho araña pavo real "sabe cantar" como explicó la artista en una entrevista en la Universidad de Los Andes, incorporando elementos sonoros a su actuación tales como clases de silbidos.
Esta especie fue descubierta por primera vez en 1874 por un fanático que coleccionaba especies exóticas alrededor del mundo, Octavius Pickard-Cambridge, en Queensland, Australia. En su diario, transcrito y preservado por el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford Pickard-Cambridge dejó consignado que "es difícil de describir adecuadamente la gran belleza de la coloración de esta araña".
Pero Cardoso mira esta belleza de esta especie desde otra perspectiva. Como explicó a este medio: “La especiación a través de los medios sexuales es un acto creativo y por eso yo las llamo [a las arañas pavo real] artistas porque cada una va escogiendo a la que más le gusta, su estilo y su comportamiento”.
Capturar este espectáculo microscópico requirió un esfuerzo monumental por el tamaño natural de las arañas pavo real: en su etapa madura, solo alcanzan a medir 5 milímetros de extremo a extremo.
Tras una década de trabajo en colaboración con expertos en cinematografía macro y con ayuda del Museo de Historia Natural de Brisbane, Australia, Cardoso logró esta hazaña gracias a tecnologías avanzadas como el Deep Focus, la cual permitió apreciar los detalles más finos de las arañas pavo real, desde los pelos de sus patas hasta sus vibrantes abanicos de colores.
Pero la mirada de Cardoso examina más allá de la estética de esta especie arácnida. En este teatro de la naturaleza, la araña pavo real hembra no es una espectadora pasiva, sino la crítica de arte definitiva.
“Ella escoge, ella no copula y espera encontrarse con otro macho a ver si le gusta más”, aclara Cardoso, en una entrevista que dio en la Universidad de los Andes. Interpreta este fenómeno como un "guiño feminista": es el macho quien debe desplegar todos sus "recursos expresivos" y demostrar su “virtuosismo” para ganar la aprobación de la hembra.
Así, Cardoso nos invita a "reflexionar sobre el origen mismo del arte", como detalló en la Universidad de los Andes. Nos enseña que la creatividad, la estética y la expresión no son inventos humanos, sino un fenómeno profundamente "enraizado en la naturaleza", como detalló en esa misma entrevista en la institución académica, y en los rituales esenciales de la vida. A través de la danza de una diminuta araña, descubrimos que el impulso de crear y conmover es una fuerza vital que compartimos con las formas de vida más inesperadas del planeta.
El proyecto Arañas del Paraíso no es solo un documental sobre animales; es una afirmación radical sobre la naturaleza del arte. Cardoso nos presenta a estas criaturas no como sujetos de estudio científico, sino como auténticos artistas.
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