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21 de Febrero de 2025 00:00
Cuando se piensa en los retos que debe enfrentar Colombia en la actualidad, indudablemente se habla de desigualdad socioeconómica, narcotráfico e inseguridad. Sin embargo, el embarazo infantil, aunque silencioso, también les compite.
En Colombia, más de 190 mil mujeres entre 10 y 19 años fueron madres durante el 2023. El embarazo adolescente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es aquel que se produce en una mujer entre en esa edad y es una problemática de salud pública.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Medicina Legal, en 2023 se realizaron 9218 reportes de violencia sexual a niñas, lo cual equivale al 39 % del total de casos registrados.
En torno a este asunto se instala una causa cultural, ya que América Latina tiene la segunda mayor tasa del mundo en embarazo juvenil (la primera la tiene la África Subsahariana). La falta de educación sexual y la cifra de matrimonios forzosos son causa de que en 2022 Colombia registrara 192.180 embarazos en niñas de entre 10 y 19 años, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística.
“Tenemos tabú hacia la sexualidad desde casa. Entonces, nunca se habla del tema y creo que es importante para que los adolescentes sepan que la sexualidad la tenemos todos los seres humanos”, expresa Juliana Castañeda, vocera de la Secretaría de Salud de Chía, Cundinamarca.
El Ministerio de Salud indica, por su parte, que, de cada cinco adolescentes entre 15 y 19 años, una ha estado alguna vez embarazada, lo cual representa la segunda tasa más alta de Latinoamérica después de México.
Un factor que influye en este registro es que desde 1887 era legal el matrimonio infantil en Colombia. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), indicó que para 2023, el país ocupó el puesto 20 a escala mundial respecto al número de niñas casadas o unidas antes de cumplir los 15 años.
Esta serie de problemáticas ya se han empezado a atajar. El 13 de noviembre de 2024, se aprobó la ley “Son Niñas, no esposas” que reforma el Código Civil y permite que los niños, niñas y adolescentes que actualmente están casados o en uniones de hecho puedan anular su compromiso. Además, desde la vigencia de esta normativa, consolidar un matrimonio siendo menor de edad configura un delito. La ley no solo prohíbe el matrimonio infantil, sino que ordena la creación de un programa integral de apoyo para niños, niñas y adolescentes, brindándoles alternativas y acompañamiento en el desarrollo de sus proyectos de vida.
Por otro lado, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar junto al Ministerio de Salud y Protección Social son responsables de la coordinación, orientación y asistencia técnica de la “Estrategia de atención integral para niños, niñas y adolescentes”, con énfasis en prevención del embarazo en la infancia y adolescencia, que rige desde 2015 al 2025.
Este es un esfuerzo nacional de carácter interinstitucional orientado a la prevención del embarazo y la reducción del índice de embarazos en años futuros. Se enfoca en los derechos sexuales y reproductivos. También, en la implementación de estrategias como el fortalecimiento de la autonomía para tomar decisiones libres e informadas en el ejercicio de la sexualidad y la promoción de educación sexual.
“Nosotros, como gestión de salud pública, realizamos actividades educativas en diferentes ámbitos escolares con padres de familia a los que se educa sobre sexualidad desde la primera infancia hasta la adolescencia”, expresa Juliana Castañeda, vocera de la Secretaría de Salud de Chía, Cundinamarca.
El Fondo de Población de Naciones Unidas calculó en 2020 que las mujeres con menos de cinco años de escolaridad tienen una proporción 3,2 veces mayor de haber tenido un hijo en la adolescencia que aquellas que estudiaron entre 12 y 14 años.
“En nuestro país, las mujeres en calidad de vulnerabilidad tienen muchos menos recursos para tener apoyo en un embarazo temprano. Entonces, me parece que es muy importante que acudan a fundaciones y a programas que puedan brindarles una manera de crecer en escolaridad y capacitación”, indica Andrés Salazar, investigador del Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana.
Existen fundaciones como “Fundación Apego” que trabaja para prevenir la violencia hacia niños, niñas y adolescentes con su programa “Mamá mentora”, que fortalece el vínculo afectivo entre madres e hijas adolescentes en período de gestación y lactancia. También, existe la fundación “Angelitos por amor” que fomenta el emprendimiento para garantizar el desarrollo económico de las madres adolescentes.
Si una mujer desea interrumpir el embarazo, la Corte Constitucional en la Sentencia C- 355 de 2006 reconoció que las menores de edad pueden acceder a la interrupción voluntaria del embarazo, pues de lo contrario se vulneraría su derecho al libre desarrollo de la personalidad, la autonomía y la dignidad.
Además, desde el año 2022, con la Sentencia C-055 se despenalizó el aborto hasta la semana 24 de gestación. Esto quiere decir que se puede acceder al aborto libre, legal y seguro, sin que para ello se requiera el cumplimiento de ningún tipo de requisito o condición. Desde instituciones como Profamilia se garantiza este servicio.
Las iniciativas ejecutadas han mejorado las cifras de embarazo adolescente. En 2023, 78.018 adolescentes tuvieron un hijo, lo cual es un 17 % menos que en 2022, según el DANE, en su estudio Nacimientos 2023, cifras preliminares.
No obstante, aún se necesita seguir trabajando en la mejora de la situación social, psicológica, económica y escolar de esta población. De hecho, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, con el actual ritmo de reducción en estas tasas, se necesitarían 78 años más (año 2102), para que Colombia llegue a cero embarazos en niñas de 10 a 14 años.
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