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12 de Septiembre de 2025 07:00
La seguridad en Cajicá sigue siendo motivo de preocupación. En el primer semestre de 2025 se han registrado 377 casos de hurto a personas, según el más reciente informe de la Policía Nacional, consolidado en el Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo (SIEDCO).
A falta de seis meses para cerrar el año, estas cifras representan más del 52% de los casos registrados en el 2024, cuando se reportaron 721 hurtos. Esto equivale a que 1 de cada 141 cajiqueños sufrió este delito. De esta manera, el hurto se consolida como la conducta más recurrente en el municipio, ubicándolo como el de mayores índices delictivos en la región Sabana Centro.
De acuerdo con el mapa de comisión de delitos del Observatorio de Seguridad y Convivencia (OSC), las zonas con mayor concentración de reportes se ubican sobre el casco urbano del centro, especialmente en los sectores de La Estación, Calle Séptima, Santa Cruz, Puente Vargas y El Misterio. Sobre estos retos y las estrategias que se proyectan para el último trimestre del año, el coronel Wilson Halaby Nagi, secretario de Seguridad y Convivencia, habló con Conexión Sabana 360.
Manuelita Rodríguez: ¿Qué problemáticas de seguridad afectan actualmente a Cajicá y qué tipos de delitos han aumentado en el último año?
Wilson Halaby: En cuanto a los delitos que afectan al municipio de Cajicá, uno de los más recurrentes es el hurto simple, especialmente motivado por el factor oportunidad. Este tipo de delitos se ve agravado por la presencia de bandas delincuenciales provenientes principalmente de la capital del país, especialmente del sector de Suba y del norte de Bogotá, que acceden al municipio a través de la carrera séptima.Cabe destacar que, en el año 2021, la Defensoría del Pueblo emitió la Alerta Temprana No. 010, en la que se advertía sobre cómo la dinámica delincuencial de Bogotá impactaba negativamente a los municipios de la Sabana Centro.
M.R: ¿Qué estrategias específicas se están implementando para reducir los hurtos?
W.H: Se vienen desarrollando diversas campañas de prevención, pero también enfrentamos un desafío importante relacionado con la cultura ciudadana y el autocuidado. El factor oportunidad sigue siendo el principal detonante de situaciones delictivas, especialmente en los dos cascos urbanos del municipio: el centro de Cajicá y el sector de Capellanía. En los últimos dos o tres meses hemos logrado una reducción significativa en el hurto de vehículos. Esto se debe a las campañas realizadas en coordinación con la Policía y la Secretaría de Movilidad, así como a los operativos conjuntos que han generado mayor conciencia en la comunidad sobre los riesgos de dejar los vehículos en vía pública. También, se alcanzó un trabajo articulado muy efectivo entre la comunidad, la fuerza pública y la administración municipal, lo que ha permitido una respuesta rápida ante situaciones sospechosas, en zonas comerciales. Esto incluye el control de vendedores ambulantes y habitantes de calle, que pueden generar dinámicas de inseguridad si no se gestionan adecuadamente.
M.R: Diversos comerciantes aseguran que la inseguridad impacta directamente en sus ventas porque los clientes evitan salir de noche. ¿Qué está haciendo la Secretaría para enfrentar este problema que afecta la economía local?
W.H: El año pasado, en el edificio donde funciona la Secretaría de Seguridad, adecuamos un espacio que hoy cuenta con más de diez integrantes del Gaula de la Policía. Este grupo facilita a los comerciantes la posibilidad de interponer denuncias en caso de ser víctimas de extorsión. Además, se han venido desarrollando campañas de prevención contra la extorsión y el secuestro, las cuales han dado resultados positivos: solo el año pasado se realizaron más de ocho capturas relacionadas con este flagelo. Por otro lado, se realizan campañas diarias de prevención sobre distintas temáticas, como el hurto en sus diferentes modalidades y la violencia intrafamiliar. Desde el año pasado, se habilitó una oficina de la Unidad de Reacción Inmediata (URI), para que los ciudadanos realicen sus denuncias sin necesidad de desplazarse a municipios vecinos como Chía o Zipaquirá. Esto mejoró el acceso a la justicia y fortaleció colaboración entre el comercio, las autoridades y la administración municipal.
M.R: Hablando de recursos, ¿con qué presupuesto cuenta actualmente la Secretaría de Seguridad y cómo se está distribuyendo en áreas como la Policía, la prevención del delito y la implementación de tecnología?
W.H: De acuerdo con los recursos asignados para este año, contamos con un presupuesto de 1.257 millones de pesos destinado a la adquisición de tecnología. Actualmente, está en proceso la instalación de cámaras con reconocimiento de placas para reforzar la seguridad en las entradas al municipio, así como la implementación de monitores para nuestra central de emergencias. Desde este año, funciona la línea única de emergencias 123 para toda la comunidad. Además, conformamos una red de comunicaciones que incluye la adquisición de una repetidora, 45 radios para los frentes de seguridad, y cuatro radios troncalizados con sistema de voz segura para la estación de policía. En cuanto a movilidad y apoyo logístico, se adquirieron cinco motocicletas y una camioneta que ya fueron entregadas al Ejército. Actualmente está en proceso la entrega de una patrulla para la estación de policía y dos vehículos adicionales, uno para el grupo Seccional de Investigación Criminal de la Policía Nacional (SIJIN) y otro para los Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (GAULA).
M.R: Más allá de la fuerza pública, ¿cómo se está vinculando a la comunidad en la construcción de entornos más seguros?
W.H: Hemos constituido más de 30 frentes de seguridad con el fin de vincular a la comunidad en temas asociados a la seguridad. Cada frente de seguridad cuenta con un grupo de WhatsApp. Hemos instalado más de 250 cámaras en diferentes sectores, a través de los presidentes de Juntas de Acción Comunal, con la finalidad de que ellos se vinculen y puedan ayudar desde su celular a monitorear sus sectores.
M.R: ¿Además de los grupos de WhatsApp también se hacen reuniones periódicas con los comités de acción?
W.H: Sí, nosotros nos reunimos cuando nos solicitan. Coordinamos con otras secretarías y asistimos a reuniones con la comunidad a través de los de los presidentes de Junta de Acción Comunal. Fortalecemos los frentes de seguridad, a los cuales les entregamos un radio de comunicación que tiene comunicación directa con la central de emergencias.
M.R: ¿Cómo se está fortaleciendo la articulación regional con Bogotá y municipios aledaños para enfrentar de manera coordinada los delitos de carácter intermunicipal?
W.H: La coordinación se realiza principalmente a través de los comandos de Policía de los municipios vecinos. Además, mantenemos reuniones mensuales con las autoridades de Chía y con representantes de las empresas ubicadas en el eje vial entre Chía y Cajicá. Por ejemplo, el pasado 10 de septiembre tuvimos una de estas reuniones. Esto es fundamental porque no solo compartimos una frontera -que prácticamente ha desaparecido con la expansión urbana, sobre la zona del centro comercial Fontanar-, sino también dinámicas delincuenciales. Por ejemplo, delincuentes en Chía que han cometido delitos en Cajicá, y viceversa. Para fortalecer esta articulación, hace aproximadamente cuatro años, conformamos un grupo llamado La Burbuja Santa Ana, en el que participan las policías de Chía y Cajicá, así como los gerentes de seguridad de las empresas ubicadas en el corredor vial entre ambos municipios, incluyendo la Universidad de La Sabana. Este corredor va desde el Puente del Común hasta Cajicá. Cabe destacar que la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN) también hace parte del esquema de seguridad que opera en la zona. Gracias a este trabajo conjunto, se ha logrado reducir ciertos delitos, especialmente en sectores como el de McDonald's, donde se han visto resultados concretos.
M.R: Si tuviera que señalar el reto más grande para la seguridad en Cajicá en los próximos años, ¿cuál sería?
W.H: Uno de los grandes retos que tenemos es la conformación de un Comando Unificado de Respuesta, integrado por operadores que atiendan no solo temas de seguridad y gestión del riesgo, sino también del área de salud. Actualmente, enfrentamos una situación bastante delicada relacionada con la ideación suicida, especialmente en adolescentes. En lo que va del año, se han registrado entre 70 y 80 casos, lo cual es muy preocupante, sobre todo porque afecta principalmente a la población infantil y juvenil. Por eso, en los próximos meses contaremos con profesionales especializados para atender estos casos, ya que no cualquier persona está capacitada para hacerlo. Por último, trabajamos en fortalecer la respuesta ante situaciones de gestión del riesgo y movilidad. El objetivo es que este Comando Unificado permita que, a través de una sola llamada, la ciudadanía pueda acceder a atención inmediata en cualquiera de estas áreas.
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