Sigue nuestras emisiones en directo desde esta página, y no te pierdas ningún evento y actividad.
Sigue nuestras emisiones en directo desde esta página, y no te pierdas ningún evento y actividad.
Buscar
15 de Octubre de 2025 10:02
Cuando se menciona la lavandería comunitaria de Cogua, Cundinamarca, es imposible no pensar en John Alexander Peña. Aunque la idea original de montar este servicio provino de la gestora social Julissa Ospina, es él quien la vive a diario, quien da la bienvenida a los usuarios, escucha sus historias y transforma un simple espacio lleno de máquinas y jabón en un auténtico punto de encuentro para la comunidad.
“Lo chévere es poder ayudarle a aquellas personas que realmente lo necesitan”, dice John Alexander con una sonrisa serena. Y no lo dice como un simple cliché, sino como alguien que ha visitado hogares para comprobar que los beneficiarios no tienen lavadora y que, además, enfrentan situaciones difíciles. “Chévere porque se le puede colaborar al adulto mayor y a las personas con discapacidad, que a veces dejamos a un lado sin querer”, añade.
Peña no llegó a la lavandería por casualidad. Antes ya trabajaba como instructor de danza folclórica, llevando actividades culturales y recreativas a los abuelos y algunos miembros de la comunidad. Esa experiencia le permitió darse cuenta de que muchas veces los programas sociales no solo satisfacen necesidades prácticas -como lavar la ropa- sino que también fomentan lazos y combaten la soledad.
Su contrato actual proviene de la Alcaldía y de la Secretaría de Desarrollo Social y Comunitario; gracias al cual encontró un espacio para continuar con lo que ya era parte de su vocación: crear comunidad. En la lavandería, más que coordinar lavados, organiza actividades, propone juegos y se asegura de que las personas no solo realicen un trámite, sino que también se sientan valoradas y acompañadas.
Alrededor de 40 familias de la zona urbana y rural se benefician actualmnete del servicio, aunque la meta es alcanzar a 90, gracias a la capacidad de las tres lavadoras y tres secadoras instaladas. Los requisitos para acceder son simples, pero significativos: no tener lavadora propia y, sobre todo, ser cuidadores de adultos mayores o personas con discapacidad, es decir, aquellos que menos tiempo tienen.
La conexión de John con la comunidad va mucho más allá de lo administrativo. Recuerda a una usuaria que, entre la ropa y los turnos, compartía cómo su rutina diaria consistía en sentarse en la esquina a observar pasar los carros. Otra le habló sobre el cáncer que enfrenta mientras cuida a varios hijos con discapacidad. Estas historias, lejos de desanimarlo, lo inspiran: “Ellos también se apoyan entre sí, se conocen, se acompañan. Eso es lo bonito: se hace comunidad”.
Aunque su papel es más operativo, Peña reconoce la importancia de las ideas impulsadas por Julissa Ospina, la gestora social de la Alcaldía que han hecho del trabajo algo con valor más intangible. Ella, inspirada en los programas de Bogotá como la Manzana del Cuidado, planteó el piloto de la lavandería comunitaria, el primero en Colombia. El proyecto ha despertado interés de otros municipios como Cajicá, Cota y Ubalá, donde buscan replicarlo.
Peña se declara admirador del ímpetu de la gestora: “Ella no descansa. Cuando se le mete una idea en la cabeza, la comparte con nosotros y nosotros la respaldamos”. Lo mismo pasó con proyectos como la Casa de la Mujer y la futura Casa del Adulto Mayor, iniciativas que, según él, reflejan una gestión que logra convertir sueños en hechos.
A sus 40 años, John Alexander Peña habla con la sinceridad de alguien que no se preocupa por títulos ni cargos, pero que está orgulloso de su labor. Reconoce que llegó al programa gracias a la cercanía con el alcalde y a un giro en sus planes iniciales (quería trabajar en cultura); pero no se arrepiente. El contacto humano que ha ganado, asegura, no lo cambiaría por nada.
“Lo importante es que mientras haya gente beneficiándose, el programa existe. Y mejor que exista, a que no exista y nadie se vea beneficiado”, afirma convencido.
En un municipio donde la lavandería comunitaria ha establecido un precedente a nivel departamental, John Alexander Peña se ha convertido en la cara visible y amable del proyecto. Un hombre sencillo, de sonrisa fácil y sensibilidad social, que no solo administra máquinas de lavar, sino que, en cada encuentro, forma la red de lo que significa hacer comunidad.
Conoce más historias, productos y proyectos.