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9 de Octubre de 2025 11:10
Encarta 98 se está perfilando como el grupo de shoegaze y dream pop de referencia en Bogotá y Medellín. Su tránsito por estos subgéneros del rock alternativo lo han alcanzado con un sonido de guitarras distorsionadas, atmosferas etéreas y voces que se mezclan con aquel “ruido” lleno de pedales de efectos.
Hoy lo conforman Sebastián Portilla, María Paula Vásquez, David Rivera, Luis Felipe “Satán” Torres y Martín Erazo, combo que, tras varias transformaciones, alcanzó la consistencia para proyectarse dentro y fuera de Colombia.
En 2015, el proyecto empezó con la propuesta de hacer un sonido garajero con la estética del beach-punk. Hasta que decidieron tomar el camino de los pedales distorsionados y del reverb. Su alineación fue evolucionando hasta la banda que conocemos hoy. Atravesando momentos y experiencias que no solo los moldearon, sino que los definieron.
Durante los últimos años, Encarta se convirtió en el canal para poder expresar los sentimientos más complicados de entender. Brindándole a su audiencia un “respiro” de los problemas de la vida. Tras el lanzamiento de su primer álbum, “Lo Que Extrañas Ya No Existe”, consolidaron un sonido que mezclaba el peso del shoegaze con las texturas del dream pop, que los diferenció dentro de la escena independiente.
Sus letras abordan la salud mental, la introspección y el amor.
Para Sebastián Portilla, baterista de la banda, el hablar sobre aquellos elementos es ser fieles a ellos mismos sin importar las necesidades del mainstream. “Buscamos representar emociones que la industria normalmente no muestra”. Encarta no compone pensando en quién va a escucharlos. Como artistas, se toman el tiempo de canalizar sus emociones y traducirlas en música que los moviliza por dentro y que los mantiene creativos.
Como decía María Paula Vásquez, vocalista principal: “Para mí es algo muy positivo priorizar las cosas que sentimos. Eso nos mantiene fieles con nuestro sonido y con lo que nos ha ocurrido”. Retomando experiencias clave, como cuando abrieron el concierto de The Cure y Slowdive en el Road to Primavera de 2023.
Sin embargo, los antecedentes fueron amargos. Varios integrantes abandonaron la banda y dejaron la moral de Encarta en el suelo. David Rivera, guitarrista, recuerda estos momentos: “Pero luego se fue Javier Gómez (guitarrista), luego se fue Camilo (bajista). Y pensé: ‘Pues ya, ¿no?’”. Pero hubo una luz en medio de la oscuridad. “El 12 de noviembre, día del cumpleaños de mi papá, nuestro representante me escribió y me dijo: “Oiga, me acaban de escribir los del Primavera (Edición del festival Primavera Sound). Me dicen que la banda de Rusia tuvo problemas, no pueden venir y están buscando telonero para The Cure y Slowdive”.
Recompusieron el grupo con Juan Camilo Ortiz en el bajo y Luis Felipe Torres (miembro de Nicolás y Los Fumadores) en la guitarra. Encarta recuerda estos momentos con añoranza, en los que tocaron y parcharon junto a músicos de talla internacional. Pero, sobre todo, fue el motor que les hacía falta. Como mencionó María Paula Vásquez: “Creo que fue muy lindo para unirnos también y darnos ese impulso que necesitábamos para decir: sí, ya, hay que seguir haciendo esto".
“Volvimos al camerino y ahí estaba Robert Smith (líder de The Cure) para saludarnos y ahí fue que lo conocimos, todo hermoso. Eso fue re surreal", recordó Sebastián Portilla.
“Si Robert Smith a uno le dice que siga haciendo música, pues...”, comentó entre risas Luis Felipe Torres.
Y Smith no se equivocó, dado que hay canciones dentro del repertorio de la banda que son difíciles de pasar por alto. “Diciembre” te introduce en una melancolía constante con sus primeros versos: “Siempre vuelve el malestar de otro día que se va. Dando vueltas a mil cosas que no pasarán. Tengo que parar”. La canción dice esas cosas que a veces uno no puede articular por sí solo. Además, la distorsión de las guitarras crea una atmosfera única que se entrelaza con el coro: “Y me siento ahogar”. La voz pasa a tener un papel protagónico en este muro de sonido.
Por el contrario, “El Silencio” se mantiene por sí sola. Una balada que juega con melodías etéreas donde claramente se prioriza la voz. Además, es interesante que al terminar la frase: “Ya solo nos queda el silencio”, entran los instrumentos bastante cargados, pero también suenan delicados. Es como si el “silencio” fuera estar en esa paz que nos da escuchar música. Ahogamos nuestros pensamientos y estamos en silencio.
La fidelidad de Encarta 98 a su música los ubica inevitablemente en una postura contestataria frente a la industria. Y dentro de las esferas independientes, ellos se percatan de un elemento clave. David Rivera mencionaba: “En términos generales siento que en la calle hay otro tipo de artistas. Es distinto. Yo siento que es más contestatario porque muchas veces el mainstream impide que así sea. Tanto en lo político, social y sentimental”.
La banda protesta contra la superficialidad del mainstream. Su sonido y enfoque acaban validando esta pregunta que a menudo surge en discusiones sobre la autenticidad musical: “¿Qué es ser contestatario si lo que vende es ser contestatario?”. Esto se preguntaba Sebastián Portilla mientras arrojaba el ejemplo de Nirvana. La respuesta de la banda se basa en priorizar el sentir propio sobre la venta, demostrando que el acto más rebelde en el under es no traicionarse.
Ahora bien, su música la consumen más en otros lugares que en la capital. Frente a esto, Luis Felipe Torres mencionaba: “Medellín es la ciudad más shoegaze del país”. Pero, ellos no ven esto como un obstáculo, ya que consideran que su música no depende de un espacio geográfico.
“Pero yo he pillado algo muy loco y es que a la gente en otros países de Latinoamérica le gusta mucho Encarta. Y es esa referencia como de esa banda de shoegaze de Colombia. Porque, digamos, cuando fuimos con Los Fumadores a México, nos abrió una banda de shoegaze y después estuvimos hablando con ellos un rato y hablaban de lo mucho que amaban Encarta” mencionó David Rivera.
Por su primer EP: “E://98” hicieron mencionada gira tocando en ciudades como Guadalajara, Pachuca, Toluca, y CDMX. Presentando su propuesta por primera vez fuera de Colombia. Además de que México es un país popular para la música alternativa latinoamericana.
Con base en el reconocimiento internacional, María Paula Vásquez comentó que para su siguiente lanzamiento podemos esperar la colaboración con una agrupación nueva. “La banda de Costa Rica, Adiós Cometa”.
Para Encarta 98 el futuro se volvió todo menos incierto. “Hace poco se me acercó una persona que me dijo que nos había escuchado en el Movistar Arena y se volvió fan. Se volvió fan de la nueva Encarta a la que yo pertenezco”, recordó María Paula Vásquez.
Ellos demuestran que tienen una capacidad que muy pocas bandas tienen: la de trascender fronteras generacionales e internacionales mientras siguen siendo fieles a sus propios procesos personales y artísticos.
Para su siguiente lanzamiento podemos estar seguros de una cosa: La nueva Encarta 98, la “banda de Cedritos”, seguirá dando de qué hablar. Porque son prueba de que las bandas de éxito no se rinden ante la oscuridad, sino que la transforman en el ruido más auténtico que esta ciudad tiene para ofrecer.
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