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30 de Marzo de 2025 00:00
María Fernanda Gómez es estudiante de octavo semestre de Comunicación Audiovisual y Multimedios en la Universidad de La Sabana. Con su trabajo de grado Más allá del blanco y negro, realizado durante su diplomado de Géneros Fotográficos, busca concientizar a las personas sobre el Trastorno Afectivo Bipolar (TAB) y sus complejidades en la vida del sujeto.
En esta entrevista para Conexión Sabana 360, Gómez explica su proceso de creación del proyecto, destacando cómo la fotografía se convierte en un aliado para retratar el trastorno y reducir el estigma que tiene la bipolaridad.
¿Tienes alguna experiencia cercana relacionada con este trastorno?
La bipolaridad es una realidad muy presente en mi vida. Tengo un familiar cercano que vive con este trastorno y yo misma he sido diagnosticada. Precisamente por esta cercanía, la fotografía se ha convertido en una herramienta fundamental para mí. A través de mi arte, busco dar voz y forma a las experiencias, emociones y complejidades que rodean la bipolaridad, cosas que a menudo resultan difíciles de expresar solo con palabras.
¿Por qué escogiste ese formato para tu trabajo?
Escogí la fotografía porque es el medio con el que mejor me expreso. Para mí, las imágenes transmiten lo que a veces las palabras no pueden. La fotografía es un arte visual que explora los sentidos y me permite jugar con la luz, la exposición y la velocidad para capturar emociones complejas. Elegí este formato porque es la manera más natural y auténtica en la que puedo comunicar mis ideas y emociones.
¿Consideras relevante el uso de las fotos para contextualizar el trastorno?
Sí, el uso de fotografías es fundamental, ya que permite expresar de manera mucho más vívida las emociones y estados asociados. Las imágenes facilitan la comprensión y empatía del espectador, creando una conexión más profunda con la experiencia de quienes viven con esta condición.
¿Qué aprendizajes te dejó este proyecto en términos de concienciación sobre la bipolaridad?
A través del desarrollo del proyecto, me ayudó mucho a reflexionar y a tener un mejor entendimiento del trastorno bipolar y de mí misma. El proceso creativo sirvió para hacer una propia catarsis y a lograr crear un proyecto que no solo me sirve a mí, sino también para que esta enfermedad tenga mucha más visibilidad.
¿Cómo crees que este trabajo puede contribuir a eliminar el estigma sobre la bipolaridad?
Al proporcionar una representación visual y artística del trastorno bipolar, el proyecto ayuda a desmitificar y humanizar la condición. Al crear y poder mostrar estas imágenes del espectro de un extremo maniaco a uno depresivo, promueve una mayor comprensión y empatía, contribuyendo a reducir el estigma y fomentando un diálogo más abierto sobre la salud mental.
¿En cuánto tiempo se desarrolló la investigación, producción y postproducción de tu trabajo?
Este proyecto fue realizado para el diplomado de Géneros Fotográficos. La ideación, investigación y preproducción se llevó a cabo durante un mes y medio aproximadamente, la sesión de fotos tardo en realizarse una semana y la postproducción duro dos semanas.
¿Qué retos enfrentaste al realizar el proyecto? ¿Fue una experiencia retadora?
El proyecto implicó el desafío de traducir experiencias emocionales complejas y personales en representaciones visuales que resonaran para un espectador. Capturar la esencia de los estados maníacos y depresivos de manera auténtica y creativa. Al dividir en una escala de grises de un espectro a otro, requirió una profunda empatía, investigación e inspiración artística para llegar a identificar cada etapa y buscar una manera creativa pero significativa y representativa.
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