Sigue nuestras emisiones en directo desde esta página, y no te pierdas ningún evento y actividad.
Sigue nuestras emisiones en directo desde esta página, y no te pierdas ningún evento y actividad.
Buscar
30 de Marzo de 2025 00:00
A finales de marzo se conmemora el Día Mundial del Trastorno Bipolar, una fecha para visibilizar que la salud mental sigue estando rodeada de mitos y estigmas. Comúnmente, los cambios emocionales son vistos como caprichos o reacciones exageradas, pero comprender el trastorno afectivo bipolar (TAB) es esencial para ofrecer un acompañamiento adecuado a quienes lo padecen.
El trastorno bipolar ha sido estigmatizado y malinterpretado durante años: aunque se le asocia con cambios de ánimo extremos, su impacto va mucho más allá de simples alteraciones emocionales. Para los jóvenes, recibir un diagnóstico puede ser un proceso complejo que no solo implica el manejo de síntomas, sino también el reto de enfrentar la incomprensión social y la falta de recursos adecuados para su tratamiento.
Hablamos con la psicóloga María Fernanda Ruiz Aragón, especialista en Psicología clínica con enfoque cognitivo-conductual, quien nos explicó la realidad detrás de este trastorno y cómo afecta a los jóvenes.
"El trastorno bipolar se diferencia de otros trastornos del estado de ánimo por la presencia de episodios maníacos o hipomaníacos, que no ocurren en la depresión mayor, por ejemplo", explica Ruiz. "En estos episodios, la persona puede sentirse extremadamente eufórica, con exceso de energía, disminución de la necesidad de dormir y pensamientos acelerados. Luego, la fase depresiva puede traer sentimientos intensos de tristeza, fatiga y desesperanza. Esta alternancia de estados es lo que caracteriza el trastorno".
Muchas veces se confunde la bipolaridad con cambios normales en la adolescencia. ¿Cómo pueden las familias y educadores diferenciar entre un comportamiento típico y algo que requiere atención profesional?
Es normal que los adolescentes experimenten cambios emocionales debido a factores hormonales y sociales; sin embargo, en el trastorno bipolar, estos cambios son extremos y afectan su vida cotidiana. Si un joven tiene periodos de hiperactividad extrema seguidos de episodios de profunda tristeza, si su rendimiento académico y sus relaciones sociales se ven afectadas, o si muestra conductas de riesgo, es crucial buscar ayuda profesional. La clave es la intensidad, la duración y el impacto en su vida.
¿Cómo afecta la bipolaridad la vida académica y social de los jóvenes?
El impacto puede ser significativo. En la fase maníaca, pueden sentirse eufóricos y sobrecargarse de actividades, pero luego, en la fase depresiva, pierden la motivación y pueden abandonar responsabilidades escolares. Esto puede generar conflictos con docentes y familiares, así como una sensación de frustración constante. A nivel social, los cambios extremos en el estado de ánimo pueden afectar la estabilidad de sus relaciones, pues pueden parecer muy entusiastas en algunos momentos y distantes en otros; además, el estigma y la falta de comprensión agravan la situación, llevándolos al aislamiento.
¿Qué tipos de tratamiento existen para el trastorno bipolar en jóvenes?
El tratamiento suele incluir medicación y terapia psicológica. Los estabilizadores del estado de ánimo y algunos antipsicóticos pueden ayudar a controlar los episodios. La terapia cognitivo-conductual es clave, ya que permite al paciente identificar patrones de pensamiento que pueden estar exacerbando los síntomas y aprender estrategias para manejarlos. Trabajamos en la regulación emocional, la identificación de factores desencadenantes y el desarrollo de hábitos que favorezcan la estabilidad. También es importante la psicoeducación para las familias, pues su apoyo es fundamental en el proceso.
Desde tu experiencia, ¿cómo ves la salud mental de los jóvenes? ¿Qué crees que hace falta para mejorar su acceso a ayuda profesional?
Los jóvenes en Colombia enfrentan altos niveles de estrés, ansiedad y depresión. Aunque se ha avanzado en la visibilización de la salud mental, el acceso a ayuda sigue siendo un problema. Hay pocas instituciones especializadas, los costos son elevados y los sistemas de salud no siempre garantizan una atención continua. Además, aún persiste el estigma que hace que muchos no busquen ayuda. Es fundamental fortalecer los programas de salud mental en colegios y universidades, ofrecer más espacios de atención gratuita y seguir educando sobre la importancia del bienestar psicológico.
¿Cuál es tu mensaje para los jóvenes que pueden estar enfrentando este trastorno, pero aún no han buscado ayuda?
Que no están solos. Aceptar que hay un problema es el primer paso para buscar soluciones. La bipolaridad no define quiénes son, y con el tratamiento adecuado pueden llevar una vida plena. Hablar con un profesional es clave, así como rodearse de personas que los apoyen. La salud mental es un proceso, pero no hay que recorrerlo en solitario.
¿Qué recomendación darías a quienes tienen un amigo, compañero o familiar con trastorno bipolar para apoyarlo de manera adecuada?
Lo más importante es la empatía y la paciencia. No juzgar, no minimizar lo que sienten. Escucharlos sin imponerles soluciones y aprender sobre la enfermedad para comprender mejor lo que viven. Además, motivarlos a seguir su tratamiento y estar atentos a señales de crisis. Un entorno de apoyo hace una gran diferencia en su bienestar.
Si te encuentras en Bogotá y necesitas apoyo en situaciones de crisis emocional, puedes comunicarte con la línea 018000 112 439, donde recibirás orientación. Además, aquí puedes acceder a los directorios de ayuda disponibles en otras ciudades del país. Existen también diversas asociaciones de supervivientes que ofrecen recursos y protocolos para ayudarte a afrontar el duelo.
Conoce más historias, productos y proyectos.