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26 de Octubre de 2025 10:00
Tatiana Rodríguez recibe a Conexión Sabana 360 en un rincón del Coliseo, justo después de terminar una sesión de entrenamiento con niños de primaria. Aunque pidió que no se mostrara su rostro en las fotografías, accedió a hablar con franqueza y decisión sobre su labor como entrenadora en las escuelas deportivas municipales de Zipaquirá.
“Yo crecí en el barrio San Miguel. El deporte fue mi refugio, mi escape, mi forma de entender el mundo”, cuenta con una sonrisa. Estudió Licenciatura en Educación Física en la Universidad Pedagógica Nacional y complementó su formación con un diplomado en entrenamiento deportivo. “No quería ser solo entrenadora, quería ser formadora”, afirma con seguridad.
Tatiana lleva cinco años entrenando niños y jóvenes en voleibol. Su enfoque va más allá de la técnica: “El deporte no es solo competir, es un espacio donde los niños se sienten apoyados y escuchados”. Lo dice con convicción, mientras acomoda unas zapatillas olvidadas en la cancha.
Al consultarle sobre las diferencias entre entrenar a niños y adolescentes responde con mucha claridad. Son dos mundos muy diferentes: “con los pequeños se trata de jugar, de compartir. Con los jóvenes ya hay presión, torneos, técnica. Pero en ambos casos, lo más importante es que se sientan seguros, que crezcan como personas”.
Los logros de sus grupos son notables: victorias locales, clasificaciones departamentales y algunos talentos que ya compiten a nivel nacional. Pero también hay obstáculos. “Nos faltan uniformes, transporte, apoyo constante. A veces sentimos que el esfuerzo no se ve desde la administración”, comenta con sinceridad.
A pesar de todo, Tatiana no se desanima ni pierde el foco: “cuando un niño me dice que gracias al deporte mejoró en el colegio o que se siente más seguro… uff, eso paga todo el esfuerzo”, dice con emoción.
Antes de despedirse deja una frase que resume su filosofía profesional, una filosofía con la que busca impactar en los niños y jóvenes a quienes entrena pues para ella, “sembrar sueños no siempre se mide en medallas, sino en vidas que se transforman”.
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