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14 de Noviembre de 2025 20:06
El Cundinamarca Fest busca exaltar la diversidad cultural del departamento y fortalecer el vínculo entre productores locales y ciudadanía. La zona de café se ha convertido en uno de los espacios más concurridos no solo por la oferta de bebidas y productos derivados, sino porque permite un diálogo directo con los caficultores y con las organizaciones que los acompañan. En un evento dominado por retos divertidos y participativos, este espacio es un recordatorio de la importancia del campo en la economía regional.
Aunque el imaginario colectivo suele ubicar la caficultura colombiana en el Eje Cafetero, Cundinamarca ocupa un lugar significativo dentro de la producción nacional. De acuerdo con el Comité Departamental de Cafeteros, el café representa el 18 % del área agrícola del departamento y genera el 15 % del empleo rural, involucrando a más de 39.000 familias. El departamento cuenta con cerca de 59.000 hectáreas cultivadas, con variedades tradicionales como Caturra y Típica, y sistemas productivos que combinan técnicas ancestrales y prácticas de sostenibilidad.
Históricamente, según estudios de la propia Federación, Cundinamarca ha sido parte del desarrollo cafetero desde comienzos del siglo XX, con fincas que mezclaban producción a gran escala y trabajo arrendado. Sus condiciones geográficas y climáticas -alturas entre 1.400 y 1.800 metros, suelos ricos y temperaturas moderadas- contribuyen a perfiles de taza balanceados, florales y con buena acidez.
El Cundinamarca Fest, que busca resaltar la diversidad cultural y productiva del departamento, reservó dos espacios dedicados exclusivamente al café: un stand en el mercado campesino y otro en "artesanos y café". En este segundo, conversamos con Maicol Beltrán Cruz del Comité de Cafeteros de Cundinamarca, Amazonía y Orinoquía.
Alejandra Moreno: ¿Qué actividad se desarrolla en este espacio del Cundinamarca Fest y cómo se articula con los caficultores del departamento?
Maicol Beltrán: Este es un evento dentro del contexto del Cundinamarca Fest, el festival de marca región más grande del país. El gobernador quiso resaltar los cafés del departamento y por eso se destinaron dos espacios especiales: este Tipi -que funciona como un kiosco- y otro punto llamado “Cundinamarca para el mundo”. La Gobernación se alió con la Federación Nacional de Cafeteros para organizarlo. Hicimos una convocatoria dirigida a productores con marca propia y seleccionamos alrededor de 24 marcas, todas cafés de especialidad.
A.M: ¿Quiénes participan en la selección de cafés que vemos aquí?
M.B: Son caficultores del departamento que cuentan con marca propia. La Federación, junto con la Gobernación, reunió a los productores que han desarrollado cafés diferenciados y que pueden ofrecer calidad garantizada. Representan la diversidad del café de Cundinamarca.
A.M: ¿Qué diferencia a los cafés de especialidad de los tradicionales o del instantáneo que muchos consumidores compran?
M.B: La principal diferencia está en el proceso y en la naturalidad del producto. Recomendamos comprar café en grano y molerlo en casa, porque al hacerlo se liberan más de dos mil compuestos aromáticos que se generan después de la tostión. El café instantáneo, en cambio, es una síntesis química. El café en grano es mucho más natural y conserva mejor sus propiedades sensoriales.
A.M: Muchas personas asocian el café con ansiedad o nerviosismo. ¿Qué puede decir sobre los beneficios del café de especialidad?
M.B: Sin ser experto en salud, sí puedo decir que hay evidencia reciente -incluso un libro recién publicado- que expone beneficios del café de especialidad. Para deportistas actúa como energizante; también aporta al sistema cardiovascular y a los triglicéridos. Y no solo eso: moler café en la mañana está comprobado que aumenta los niveles de dopamina y produce bienestar, felicidad y unicidad.
A.M: ¿Qué retos con participación del público realizarán durante el evento?
M.B: Tenemos una competencia usando el método de preparación V60, un dispositivo de filtrado manual muy popular en el café de especialidad. Los participantes deben controlar variables como el gramaje, la molienda, la temperatura del agua, los tiempos de vertido y el flujo. El objetivo es obtener la mejor extracción posible: un café limpio, balanceado y con buena expresión aromática. Aunque parece sencillo, requiere precisión, ritmo y entendimiento del café que se está usando; por eso lo llamamos un reto educativo. También, habrá cataciones a ciegas, es una dinámica clave porque elimina cualquier sesgo que genere la marca, el empaque o la historia detrás del café. Los participantes prueban varias tazas sin saber qué origen o productor hay detrás. Así, la evaluación se centra solo en el sabor, el cuerpo, la acidez, la fragancia y el balance. Esto ayuda a que la gente descubra perfiles sensoriales sin influencias externas y a que entienda que la calidad no siempre se corresponde con el diseño o la fama de una marca.
A.M: ¿Qué papel juega la Federación Nacional de Cafeteros en esta presencia dentro del festival?
M.B: La Federación es la entidad que articula a los productores y garantiza que la representación del café en el festival sea coherente, técnica y confiable. Nosotros no solo acompañamos a los caficultores en el proceso de selección, sino que también aseguramos que las marcas aquí presentes cumplan con estándares de calidad y trazabilidad. Actuamos como puente entre los productores y la Gobernación, asegurando que este tipo de escenarios realmente beneficien al caficultor y no se queden solo en una vitrina.
A.M: ¿Cuál es la intención detrás de traer estos cafés al festival y mostrarlos al público general?
M.B: La intención principal es pedagogía y reconocimiento. Queremos que la gente entienda que Cundinamarca es un departamento cafetero con identidad propia, con perfiles de taza muy interesantes y con productores que están apostando por la calidad. Mostrar estos cafés en un festival masivo permite romper mitos, derribar la idea de que el café especial solo viene de unas pocas zonas del país y acercar al público urbano a la experiencia real del origen. Por último, buscamos que los consumidores valoren el trabajo del caficultor, desde la siembra hasta el tueste, y que comprendan por qué un café de especialidad tiene un valor agregado.
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