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21 de Octubre de 2025 12:00
El pasado sábado 18 de octubre de 2025, el Royal Center se convirtió en una caja de resonancia para los bogotanos: Bándalos Chinos llegó con su gira "Vándalos" y consiguió que la ciudad celebrara su giro musical que fue a la vez riesgo y reencuentro. Fue un concierto que marcó la presentación oficial de una nueva etapa sonora para la banda.
El concierto abrió con Mariscos, el proyecto de la cantautora bogotana Marianna Velasco, quien ha construido una propuesta entre lo íntimo y lo irónico: canciones largas y “micro-canciones” que abordan con humor y melancolía temas como el desamor, la casa o el no desayunar por levantarse tarde. Su presencia consolidó un inicio emotivo y cercano antes del acto principal.
En Bogotá, se presentó en formato trío junto a Luis Enrique "Verbalia" Moriano (bajo) y Daniel Ricardo “Ricardito” Pacheco en guitarra y sintetizadores. El momento más comentado llegó cuando Ricardito convirtió un vaso en instrumento y realizó un solo inesperado, un gesto que conectó con el público.
Mariscos entregó canciones que funcionaron como pequeñas confesiones cotidianas; entre arpegios y frases mordaces, su voz acomodó al público en una sensibilidad nostálgica. Su presentación dejó al público preparado y receptivo para el ingreso de la banda.
El Royal Center se sintió cercano gracias a su aforo máximo de 3.500 personas. Con la sala a oscuras y luces blancas a contraluz, Bándalos Chinos abrió con “Una señal”, marcando el comienzo formal del show y del recorrido por Vándalos.
Durante el concierto, la banda intercaló temas de Vándalos con canciones consagradas, trazando un recorrido emocional que equilibró novedad y memoria. El grupo interpretó el álbum completo y reforzó su vínculo con el público al incluir clásicos como “Vámonos de viaje” y “Departamento”.
Cuando llegó “Demasiado”, el recinto se oscureció por completo para que las linternas de los celulares se convirtieran en la única fuente de luz. Fue uno de los momentos más íntimos del concierto, con el público cantando a capela en total silencio instrumental.
Aquí, esa incertidumbre se actualiza con un gesto contemporáneo: tener que mirar las historias en redes sociales de alguien que aún duele, sabiendo que eso solo profundiza la herida. La letra conectó con la experiencia emocional digital de la audiencia.
El coro a capella llenó el recinto con ímpetu, y un grito aislado —“No quería verlo”, en alusión a la letra y a las historias de un ser amado— se desprendió desde el público completando la letra respectiva. Ese instante convirtió la interpretación en una catarsis colectiva.
Gregorio “Goyo” Degano, vocalista, fue el centro físico del espectáculo: bailó, se tiró al piso, descendió a la primera fila y sostuvo una energía que empujó al público a la entrega total. Su presencia escénica sostuvo el ritmo y la intensidad del concierto del principio al fin.
Tras cuatro años sin grabar, Bándalos Chinos decidió frenar la dinámica de “gira–disco” y tomarse el 2024 para trabajar con calma. Dos demos —“El ritmo” y “Comando juntar”— definieron el rumbo del nuevo álbum y elevaron la exigencia interna de la banda.
La producción estuvo a cargo de Fermín Ugarte, productor y artista vinculado a la escena contemporánea argentina, conocido por su trabajo con Dillom. Su enfoque experimental impuso reglas distintas: evitar la primera intuición y romper con fórmulas anteriores.
El tránsito desde Adán Jodorowsky —productor de los tres discos anteriores— hacia Fermín fue un giro deliberado: si Jodorowsky había trazado una fórmula confiable, Ugarte buscó destruir esa comodidad para revelar otras facetas del grupo. El cambio de productor redefinió la identidad sonora de Vándalos.
Paralelamente, Tomás Terzano amplió su rol como colaborador visual y acompañó el desarrollo estético del disco desde adentro del estudio. La propuesta visual y la musical avanzaron de forma coordinada en esta etapa.
La banda ha colaborado con figuras como LOUTA, Coti, Marco Mares y Miranda!, y repasó una gira extensa por América y Europa durante 2025 que concluirá en Mar del Plata el 29 de noviembre de 2025. La gira confirmó el alcance internacional del proyecto.
Antes del show en Bogotá, hubo una firma de discos en Roma Records, Teusaquillo, un encuentro cálido donde los asistentes pudieron saludar a la banda y llevarse su firma. Ese encuentro fortaleció la cercanía con los seguidores en la ciudad.
El concierto cerró con “Te amo” y un gesto inesperado: Gregorio “Goyo” Degano se lanzó sobre la multitud y terminó en una voltereta accidental sobre la gente, una imagen que condensó el riesgo, la entrega y la confianza mutua entre banda y público. Fue el clímax físico y emocional de la noche.
Bándalos Chinos mostró su nuevo rumbo artístico: tras pausas necesarias, conflictos resueltos y un cambio de equipo creativo, recuperaron el juego y empujaron su música hacia territorios nuevos. La presentación en Bogotá confirmó el buen recibimiento de esta etapa y consolidó su vínculo con la audiencia local.
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