Varios análisis psicológicos e investigaciones demuestran que el peso de una vida llena de dificultades y la soledad afecta fuertemente la población de la tercera edad.
Es necesario, cada tanto, cruzar los portales de la infancia, donde los susurros del pasado, las risas y los pequeños pasos se entrelazan con las huellas del presente. Esta crónica habla sobre la conexión con nuestro niño interior y la lucha por no olvidar aquello que nos hacía felices.