Con más de 30 años de experiencia en la formación artística, Nancy Pastrana lidera hoy la coordinación de las escuelas de formación de la Casa de la Cultura de Cogua. Desde allí impulsa procesos que buscan consolidar al municipio como un referente cultural en la Sabana Centro, con una cobertura que alcanza entre 1.800 y 2.000 estudiantes activos y el acompañamiento de 36 instructores distribuidos en cerca de 70 a 80 grupos conformados.
La Casa de la Cultura participa en eventos como Arte al Parque, Bajo la Sombra del Rodamonte, el Encuentro de Danza con invitados nacionales e internacionales, conciertos para niños, celebraciones al adulto mayor y la primera infancia, y el Carnaval de la Luz, donde las comparsas —muchas iluminadas— generan gran acogida. Además, las escuelas de formación presentan muestras de teatro, música y danza, lo que convierte a la Casa de la Cultura en un escenario vivo y diverso.
Nancy Pastrana menciona que el Festival de Rodamonte no solo es un gran evento cultural el cual despierta y afianza las raíces tradicionales de Cogua, sino que también potencializa los talentos y habilidades que tienen los habitantes, ya que este es el escenario perfecto para mostrar cómo la Casa de la Cultura a través de sus programas fortalece y apoya la riqueza cultural que yace en los ciudadanos.
Durante la conversación, Pastrana habló de los avances, innovaciones y retos que enfrenta la institución, así como de su visión a futuro para que la cultura siga creciendo en el municipio.
Mariana Lozano: ¿Qué innovaciones han implementado para atraer a jóvenes y niños?
Nancy Pastrana: Hace poco arrancamos con Batucada, un acompañamiento para teatro de calle pensado en llamar a los jóvenes. Además, logramos revitalizar la participación en danza folclórica, donde ya contamos con alrededor de 36 estudiantes.
En este mismo sentido, Nancy resalta que propuestas como Batucada, que es una novedad en Cogua, han generado gran interés, la batucada es una idea que rompe con los cursos tradicionales de cultura, es por esto que llama la atención de tantos jóvenes y niños; por otro lado, la danza folclórica, que había perdido fuerza, hoy reúne a decenas de estudiantes motivados por conservar las raíces culturales.
Otro de los temas novedosos que Pastrana mencionó, fueron las intenciones y políticas de inclusión con los que cuenta la Casa de la Cultura, ya que, para ellos es fundamental que todos, sin excepción, se sientan como en casa, con la libertad de participar y ser parte de los grupos representativos culturales.
M.L: ¿Cómo trabajan la inclusión social y cultural?
N.P: La Casa de la Cultura tiene inclusión en todas las escuelas y edades. Hay personas con discapacidad visual en la banda sinfónica y en teatro, también hay algunas con discapacidades motoras que hacen parte de nuestros programas, así como grupos completos de inclusión.
A Cogua le enorgullece decir que intencionalmente se ha encargado de incluir a quienes tienen discapacidades, los motiva e inspira a seguir desempeñando sus habilidades y alcanzar oportunidades sin límites.
M.L: ¿Qué programas culturales actuales ofrece la Casa de la Cultura?
NP: Tenemos danza folclórica, danza urbana y ritmos latinos. En teatro manejamos teatro de calle y de sala. En música contamos con instrumentos de viento, madera, cuerdas frotadas y pulsadas, coro, piano e iniciación musical. También hay artes plásticas, donde se trabaja 3D, plastilina, arcilla, dibujo, reciclaje y pintura.
Debido a la diversidad de cursos y oportunidades que ofrece la Casa de la Cultura, los estudiantes pueden descubrir en qué aspectos logran destacar, y así poder desarrollar su parte artística y a la vez contribuir a cultura Coguana.
M.L: ¿Qué alianzas estratégicas han consolidado?
NP: Las actividades no se hacen solo en la Casa de la Cultura, también llegan a los colegios con maestros que trabajan en las instituciones. En el Festival de Rodamonte recibimos apoyo de la empresa privada con productos, bonos y refrigerios. Además, hay trabajo conjunto con veredas y municipios vecinos como Nemocón, Cajicá y Zipaquirá, sobre todo en encuentros de danza y muestras culturales.
La Casa de la Cultura, además, se ha convertido en un puente entre el sector público y privado. El Festival de Rodamonte ha sido clave para fortalecer vínculos con empresas que, a través de donaciones y patrocinios, han permitido ampliar la cobertura de los eventos.
M.L: ¿Qué retos enfrentan actualmente?
N.P: El mayor desafío es la planta física. Aunque tenemos entre 70 y 80 grupos con 36 instructores y cerca de 2.000 inscritos, ya hay escuelas sin cupo. Si no contamos con más espacio, no podemos crecer, aunque tengamos instructores disponibles. También los recursos económicos son limitados.
La coordinadora explica que el crecimiento de la demanda supera la capacidad instalada: Varias escuelas ya alcanzaron el límite de cupo. Necesitamos mayor infraestructura para garantizar que ningún niño o joven se quede por fuera de estos procesos culturales.
M.L: ¿Qué visión tienen a futuro?
N.P: A mediano plazo, queremos consolidar las escuelas de formación y mantener un ambiente positivo para estudiantes y maestros. A largo plazo, mi sueño es un gran centro cultural que acoja a todas las escuelas y proyecte a futuro el crecimiento, no solo de los 2.000 inscritos que tenemos hoy, sino de los que vendrán. La idea es que la Casa de la Cultura sea un segundo hogar para estudiantes y docentes.